Los tambores se escuchaban sin parar mientras los fanáticos de la selección mexicana de fútbol se reunían en Empower Field, en Mile High, para un partido de fútbol internacional.
Pero dentro de una casa rodante médica móvil estacionada cerca del estadio, había silencio y el tono era profesional. Durante el medio tiempo del partido de México contra Estados Unidos, el aficionado Oscar Felipe Sánchez se arremangó para recibir la vacuna contra covid-19 de una sola dosis.
Sánchez es pintor de casas en Colorado Springs. Después de enfermarse de covid hace unos meses, pensó que debería vacunarse. Pero debido a la enfermedad, se le aconsejó que esperara unas semanas. Cuando se le preguntó si estaba contento de haberse vacunado, Sánchez respondió a través de un traductor: “¡Sí! Tiene más confianza para salir”.
Llevar el programa móvil de vacunas a un partido de fútbol internacional fue uno de los esfuerzos más recientes del estado de Colorado y de sus socios locales para llegar a los residentes no vacunados donde sea que estén, en lugar de pedirles que busquen la vacuna ellos mismos.
Atrás quedaron los días a principios de la primavera cuando las citas para vacunarse desaparecían al instante en que estaban disponibles, y los trabajadores de salud estaban preocupados por asegurarse de que los pacientes fueran elegibles según los criterios estatales y federales de edad y estado de salud.
Colorado, y la mayor parte de la nación, han entrado ahora en una nueva fase que involucra esfuerzos específicos e interacciones individuales, y el uso de personas influyentes y de confianza en la comunidad para persuadir a los que todavía dudan.
Con aproximadamente la mitad de los 5.78 millones de personas de Colorado completamente inmunizadas, el desafío atraviesa todos los grupos demográficos. Según el registro de vacunación del estado, los hombres son un poco más indecisos que las mujeres y los residentes rurales lo son más que los urbanos. Los habitantes de Colorado más jóvenes han tenido menos probabilidades que sus mayores de priorizar las vacunas.
Pero quizás ningún grupo ha sido más difícil de vacunar que el de aquéllos que se identifican como hispanos. A pesar de que los hispanos representan más del 20% de la población del estado, solo alrededor del 10% de las dosis del estado han sido para estos residentes, según el registro estatal.
La brecha no es tan amplia a nivel nacional: los hispanos o latinos constituyen el 17.2% de la población de los Estados Unidos, y el 15.8% de las personas que han recibido al menos una dosis, y cuya raza/etnia se ha registrado, son hispanos.
Al principio, la brecha en Colorado parecía ser un problema de acceso inadecuado a la atención médica. Casi el 16% de los hispanos de Colorado no tienen seguro, según un informe de KFF. Eso es más del doble de la tasa de los habitantes de Colorado blancos no hispanos. Esa disparidad puede influir, a pesar de que la vacuna en sí es gratuita y no se requiere seguro.
Denver ha alcanzado el umbral del 70% para la vacunación de los residentes, pero algunos vecindarios latinos se están vacunando a tasas mucho más bajas, según la doctora Lilia Cervantes, profesora asociada en el departamento de medicina de Denver Health.
“Hay algunos vecindarios de muy alto riesgo donde la mayoría de la comunidad son personas de primera generación o nacidas en el extranjero”, dijo Cervantes. “Y ahí es donde estamos viendo las mayores disparidades”.
Según datos de las agencias de salud de Denver, alrededor del 40% de los latinos mayores de 12 años están vacunados en el condado de Denver, lo que está muy por debajo de la tasa de aproximadamente el 75% para los blancos no hispanos.
Los latinos constituyen el 29% de la población de Denver, pero representan casi la mitad de los casos y hospitalizaciones.
Cervantes dijo que si el estado espera alcanzar amplios niveles de protección contra el virus, “creo que es fundamental que mejoremos la aceptación de la vacuna en nuestros grupos más marginados, incluidos los indocumentados y los que solo hablan español”.
Agregó que le preocupa que el estado siga viendo una tasa de casos positivos de covid más alta en esos grupos marginados, que constituyen gran parte de la fuerza laboral esencial. “El año pasado, creo que hemos visto grandes desigualdades en salud en la comunidad latina”.
Todo esto presagia un escenario más desigual, dijo el doctor Fernando Holguín, neumonólogo y médico de cuidados intensivos del Latino Research & Policy Center de la Escuela de Salud Pública de Colorado.
Le preocupa que los casos, las hospitalizaciones y las muertes sigan aumentando en las comunidades menos vacunadas, especialmente en las poblaciones predominantemente hispanas en partes de Colorado u otros estados donde las tasas generales de vacunación son bajas.
“Están en riesgo, especialmente al acercarse el otoño y al ver olas crecientes de infecciones. Creo que es realmente muy importante que la gente se vacune”, dijo Holguín. Incluso cuando partes de Colorado y del país, como el noreste, se están vacunando a tasas elevadas, para la mayoría de las personas no vacunadas, “las infecciones por covid en ciertas comunidades seguirán siendo devastadoras”, dijo.
Está especialmente preocupado por los trabajadores agrícolas migrantes, que a menudo tienen un acceso deficiente a Internet y pueden tener dificultades para encontrar buena información sobre la vacuna y sobre cómo evitar el virus. “Así que es importante superar esas barreras de acceso, culturales e idiomáticas”, enfatizó.
Cuando se le preguntó qué ha hecho el estado para llegar a los latinos de Colorado, un vocero del departamento de salud señaló más de 1,500 “clínicas de equidad de vacunas” en 56 condados; el programa de vacunación en el lugar de trabajo, que se asocia con empresas y organizaciones; y una página de Facebook y un sitio web de covid en español.
Dijo que la campaña estatal “Power the Comeback” está disponible en inglés y español, y tiene como meta llegar a las poblaciones afectadas de manera desproporcionada con anuncios de concientización, videos testimoniales y animaciones.
Aproximadamente un tercio de todos los adultos en los Estados Unidos no están vacunados, un “grupo cada vez menor” que se inclina hacia los más jóvenes e incluye personas más propensas a identificarse como republicanos o de tendencia republicana, según un informe del monitor de vacunación de KFF.
También tienden a ser más pobres, menos educados y más propensos a no tener seguro. El informe de KFF encontró que el 19% de los adultos no vacunados son hispanos; de ese grupo, el 20% dijo que “esperarán y verán” para vacunarse, y el 11% dijo que “definitivamente no” recibirían la vacuna.
Tanto Cervantes como Holguín dan crédito a los grupos locales, estatales y comunitarios por buscar agresivamente aumentar las tasas de vacunación entre los latinos de Colorado, al mismo tiempo que los alientan a seguir reclutando voces comunitarias confiables, para ayudar a transmitir el mensaje.
“Sabes, no va a ser el doctor [Anthony] Fauci diciendo algo, que alguien traduzca al español”, dijo Holguin. “Habrá personas en la comunidad que convenzan a otros para que se vacunen”.
En Empower Field, el hincha Diego Montemayor, de Denver, se hizo eco de ese sentimiento y dijo que algunos fanáticos que recibieron las dosis instaron a los amigos que vinieron al estadio a ir a la casa rodante a vacunarse. “Cuando escuchan a personas en las que confían compartir sus experiencias, eso les ayuda mucho”, dijo Montemayor.
La defensora de salud comunitaria, Karimme Quintana, estuvo de acuerdo. Quintana también fue al juego para correr la voz sobre la seguridad y eficacia de la vacuna. Trabaja como promotora de salud pública, y concentra sus esfuerzos en el vecindario de Westwood, de mayoría latina, en Denver. Quintana dijo que la población puede confiar en alguien cercano incluso más que en un médico.
“Necesitan estar más informados sobre covid porque tienen muchas preguntas”, dijo Quintana, cuyo prendedor decía “¿Tiene preguntas sobre covid? Pregúnteme”.
“Los latinos escuchan al vecino, escuchan al amigo”, dijo Quintana.
La enfermera de salud de la Universidad de Colorado, Danica Farrington, dijo que el esfuerzo de la vacuna en el torneo de fútbol se promocionó mucho de antemano en vallas publicitarias y pantallas gigantes dentro del estadio durante el juego.
“Simplemente lo pegaron por todas partes y dijeron, ve a ponerte la vacuna”, dijo. “Eso influye bastante”.
El ambiente festivo en el estadio ayudó, dijo Jesús Romero Serrano, embajador de la comunidad en la oficina del alcalde de Denver: “¡Es un juego de México contra Honduras! Así que muchos latinos están aquí. Este es el lugar perfecto para estar, para llegar a la comunidad latina. ¡Absolutamente!”
Para capitalizar el espíritu lúdico del día, Romero Serrano vistió una camiseta de fútbol de México y una máscara de luchador de lucha libre roja y verde. En su trabajo con el gobierno de la ciudad, es lo que se podría llamar un influencer de la comunidad. Rapartió información a la multitud en el estacionamiento.
Mientras circulaba, admitió que a veces es difícil para algunos latinos de Colorado superar lo que ven como años de maltrato histórico o negligencia por parte de los proveedores médicos. “No confían en el sistema de atención médica”, dijo.
Aún así, Romero Serrano siguió moviéndose a través de la multitud, dando la mano y gritando por sobre el constante estruendo de los tambores, preguntando a la gente si habían recibido la vacuna.
La respuesta más común que escuchó fue “todo el mundo la tiene”, pero se mostró escéptico al respecto, pensando que la gente simplemente estaba siendo amable.
A pocas millas del estadio se encuentra el Centro de Salud Comunitario Tepeyac, en el vecindario predominantemente hispano de Globeville. Esa es la base de operaciones de la doctora Pamela Valenza, médica de familia y directora de salud de la clínica. Valenza trata de abordar los temores y preocupaciones de sus pacientes acerca de las nuevas vacunas, pero muchos le han dicho que todavía quieren esperar y ver que las personas no tengan efectos secundarios graves.
La clínica de Valenza llevó a cabo recientemente más eventos de vacunación, en horarios más convenientes que no interfirieron con el trabajo, como los viernes por la noche, y ofreció tarjetas de compra gratuitas para los vacunados. Dijo que le gusta la idea de combinar las vacunas con la diversión.
“La cultura latina -comida, cultura y comunidad- es una parte central de la comunidad latina”, dijo Valenza. “Hacer que los eventos sean quizás un poco más que una simple vacuna podría alentar a algunos miembros a venir”.
Esta historia proviene de la asociación de informes de salud de NPR con Colorado Public Radio y Kaiser Health News (KHN).
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